
Una tarde de enero bajamos del coche de mi amiga frente a una conocida ferretería del centro de Esquel. De repente un MIAU...MIAU. Un energúmeno metió su mano entre la cubierta y el paragolpes de un coche y sacó un gatito que arrojó violentamente contra la vereda. Gracias a Dios este animalito cayó sobre el césped. Mi amiga comenzó a insultarlo y yo atiné a tomarlo entre mis manos. Era tan chiquito, que se perdía en ellas. Temblaba de miedo. Como ya tenía gatos y no quería más, empecé a ofrecerla entre los clientes y empleados del negocio. Nadie la quiso. A todo esto mi amiga seguía fustigando verbalmente al energúmeno autor de tal atrocidad contra el animalito que no podía defenderse. En definitiva quedó en casa, se llama Lucky (Suerte). Suerte que te encontré porque hoy sos mi única compañera, mis otros gatos se enfermaron y se fueron al cielo de los gatos, pero están presentes en mi corazón.
No comments:
Post a Comment